En muchos años y experiencia de trabajo, nunca se había afrontado un rompecabezas como el Templo XX de Palenque (mapa). Su liberación se inicia en el año 2001 por el Proyecto Grupo de las Cruces como un proyecto tripartito, INAH, PARI, y el CHAAAC, de la Universidad de Texas, y se ha prolongado hasta el día de hoy; sus objetivos, además de la investigación científica, incluyen la conservación del monumento y su preparación para ser incorporado a los monumentos visitados por el turismo.

Se trabaja en la última fase de estabilización y consolidación, y se prepara para su conservación y exhibición al turismo. El caso es que, precisamente, los trabajos de consolidación y mínima restauración, plantearon para el proyecto una serie de interrogantes que parecían imposibles de resolver. Los trabajos de liberación revelaron varios factores que no parecían congruentes con lo que pudo ser esta enorme construcción.
Lado oriente, en donde los niveles de las terrazas habrán de indicarse en la restauración definitiva.


Lado sur, en donde las superficies de las terrazas y del área no consolidada de la base se están cubriendo con pasto.
Se pudo ver, por ejemplo, que la destrucción en sus fachadas este y sur era muy grande, pero a la vez, que el escombro encontrado no es representativo del volumen de construcción destruida. Al oeste, por el contrario, sus muros escalonados aun se conservan en gran parte pero su mampostería y dimensión no corresponden a lo que evidentemente existió en los otros dos lados, tanto en dimensiones como en materiales de construcción y el ordenamiento del aparejo.

La confusión fue aclarándose lentamente para los arqueólogos y restauradores, pero evidentemente, para el público visitante que desconoce los antecedentes, puede ser motivo de gran confusión. El rompecabezas fue difícil de armar, pero ahora los arqueólogos entienden perfectamente que este es un ejemplo muy claro de las actividades de remodelación que se estaban llevando a cabo en el momento mismo del llamado colapso de los tiempos Clásicos y por la misma razón, ésta remodelación jamás fue terminada.
Lado poniente, en donde las piedras de las tres terrazas superiores se están fijando en su sitio, por encima de las terrazas bien conservadas inferiores.


Lado norte, en donde las piedras de la pirámide por encima del muro del Templo XX-A y hasta el mismo Templo XX habrán de fijarse en su sitio.
La explicación es sencilla y la podemos resumir diciendo que en esta gran estructura se desarrollaron varios capítulos de la historia de Palenque, y en cada uno de ellos, ella fue remodelada o al menos modificada en parte hasta unas tres veces como mínimo. Su versión más antigua, data del año 540 d. C. Luego, un personaje que por el momento no ha sido identificado, fue enterrado allí, destruyendo parcialmente la parte superior para introducir la tumba que ahora conocemos solo por un pequeño orificio pero que pronto se estará investigando formalmente.

Es evidente, que esta estructura fue modificada al menos tres veces antes de que el Señor K'inich Ahkal Mo' Nahb' III, decidiera remolerla totalmente. Esto tiene lugar después del año 720 d. C. Indudablemente, la vieja estructura construida por uno de sus antecesores ya no llenaba sus objetivos, e incluso, había algún deterioro y debilidad estructural. Aquél gobernante tan especial que surge después de algunos conflictos políticos como la salvación de Palenque, decide iniciar su obra de remodelación en el lado Oeste, pues quizá era la parte más dañada del monumento.
Las terrazas superiores del lado Oriente se están consolidando.


Esquina Norponiente: consolidación de la escalera derruída de la derecha.
Los preparativos de remodelación incluyeron la destrucción parcial e intencional de las fachadas que quedarían fuera del nuevo diseño, de modo que esto explica el por qué de la ausencia de escombro en una ruina tan grande. Además es claro que la nueva construcción jamás fue terminada y que tanto sus materiales como sus dimensiones son muy diferentes.

La confusión para un visitante observador, es natural, pues lo que se ve al oeste es la remodelación inconclusa, en tanto que al sur, vemos solamente una pequeña parte de la versión más antigua, es decir que, entre ambos lados hay una distancia de aproximada mente 160 años, aparte del cambio de materiales y la ruina. Las huellas del tiempo y especialmente de la historia, no las podemos destruir. No tenemos derecho a restaurar lo que los mismos mayas destruyeron y mucho menos hacer de este testigo del pasado un testigo falso. Para evitarlo será indispensable editar una pequeña guía que cuente algo de estas fascinantes historias del esplendor y decadencia de Palenque.

El templo XX, será abierto al público dentro de algunos meses, pues aunque la restauración mínima y su estabilización están por terminar, aun queda la parte central de los objetivos del proyecto, esto es, definir e identificar a su primer ocupante que ahora yace dentro se su cripta fúnebre, acompañado de significativas pinturas murales y objetos varios.